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Foto del escritorCarola Dümmer

Los niños y el extra virgen

A muchas amigas les llama la atención que a mis niños les guste el aceite de oliva. De hecho, mi Trini (8 años) no entiende por qué a sus compañeros de curso les sorprende que lleve pan con aceite de colación al colegio... Así es el fanatismo por estos lados. Pero no tiene nada de raro, si estos niños han sido nacidos y criados entre botellas de Arbequina, Frantoio y Picual. Ignacio (4 años) es incapaz de pasar un tomate, pero catar una Coratina fresca, ¡eso si que sí!

Hablar de las propiedades saludables del aceite de oliva suena casi a cliché. Están comprobadísimas y han sido tan difundidas, que no me quiero centrar en eso para no perder tiempo. En resumen, su altísimo contenido de grasas monoinsaturadas y polifenoles (antioxidantes) lo transforman en la grasa más beneficiosa para la salud, disminuyendo el riesgo de patologías cardiovasculares y de enfermedades degenerativas (alzheimer, ciertos tipos de cáncer, ateriosclerosis por nombrar algunas...). Y por si fuera poco, compuestos como el oleocanthal, presente en el extra virgen, actúa como un anti-inflamatorio tan potente como el ibuprofeno.

Ahora, para beneficiarse de todas estas propiedades, el consumo debe ser habitual e idealmente mayor a dos cucharadas soperas diarias. ¿Y qué mejor que partir desde guagua? Hace 8 años nos mudamos a España con la Trini de 5 meses. En el consultorio (público e increíble, hay que decirlo) nos dieron su primera pauta de alimentación. A los 6 meses nos recomendaron empezar con la sopa de verduras SIEMPRE con una cucharadita de aceite de oliva. Un poco después darle a probar pan con tomate (y oliva, obvio) y jamón serrano. ¡Ellos sí que saben!

Así, creció desde siempre encantada con el frutado, amargor y picor de un buen extra virgen, al punto que a sus tiernos 3 años, en un restaurante, me dijo que no se podía comer la ensalada con ese aceite tan malo. Y tenía toda la razón.

Entonces, no sé por qué nos empeñamos tanto acá en Chile con meterle a los niños esos aceites horribles con extra OMEGA 3 y una serie de creaciones industriales "especialmente" diseñadas para el crecimiento que uno encuentra en el supermercado. Obvio que no les van a gustar, y obvio que después, cuando traten de meterles el aceite de oliva en la ensalada, van a tenerle miedo al contenido de esa botella. 

El extra virgen es un gusto adquirido, sobre todo si hablamos de variedades o mezclas más fuertes, donde se nota el picor y el amargo. Por eso, lo mejor es que la introducción sea desde muy chicos, y así se acostumbren a esas sensaciones como algo natural.

Una buena variedad para comenzar es la Arbequina, de intensidad suave, ideal para los que están comenzando. También hay alguna marcas que tienen versiones especiales de extra virgen para los niños, con características sensoriales de baja intensidad. Recuerdo que Olave tuvo (no sé si aun) y me parece que Las Doscientas también, ambos de venta en varios supermercado. No los he probado, pero lo haré, a lo mejor da tema hasta para comentarlo. En cualquier caso, cualquier aceite ligero sirve para comenzar este viaje, que luego los llevará a ir probando nuevas variedades. Por acá el exitaso de este año fue un Novello de Terramater que la Trini amó, y Picual, la variedad favorita de Ignacio. Para qué decir que acá hacemos todo con extra virgen, desde aliñar la ensalada, pasando por repostería y todo lo que se cocina, incluidas las frituras. Es verdad es que un poco más caro, pero su salud, sobre todo en el largo plazo, se beneficiará. Y hay algunos ahorros escondidos, como por ejemplo, que con un buen extra virgen se puede reutilizar el aceite cuatro o cinco veces para freír, lo que no aguantan los refinados. Pero ese es otro tema que trataremos más adelante...

Anímense a empezar. Pero después no me reclamen por haber creado un monstruo... ¡se sorprenderán con lo exigentes que pueden ser los paladares de los niños!

La experiencia de cosechar olivos es también una gran oportunidad para empaparlos de este maravilloso mundo.

Children and extra virgin

Many friends are surprised that my children like olive oil. In fact, my Trini (8 years old) does not understand why her classmates are surprised that she brings bread with olive oil as school´s snack ... But it is not strange, if these children have been born and raised between bottles of Arbequina, Frantoio and Picual. Ignacio (4 years old) is unable to eat a tomato or any other vegetable, but to taste a fresh Coratina, that´s not a problem for him! Talking about the healthful properties of olive oil sounds almost cliché. They are verifiable and have been so widespread that I do not want to focus on that to avoid wasting time. In short, its high content of monounsaturated fats and polyphenols (antioxidants) make it the most beneficial fat for health, reducing the risk of cardiovascular diseases and degenerative diseases (Alzheimer's, certain types of cancer, atherosclerosis to name a few ... ). And if that were not enough, compounds such as oleocanthal, present in the extra virgin, acts as an anti-inflammatory as powerful as ibuprofen. Now, to get the most benefit from all these properties, consumption should be usual and ideally bigger than two tablespoons daily. And what better than to start from baby? 8 years ago we moved to Spain with -at that moment- my 5 months old Trini. The pediatrician they gave us her first diet. At 6 months they recommended us to start with the vegetable soup ALWAYS with a teaspoon of olive oil. A little later, the suggested us to give her to taste bread with tomato (and olive, obvious) and serrano ham. Sure they know! So, she grew up always delighted with the fruity, bitterness and pungency of a good extra virgin, to the point that at her tender 3 years, in a restaurant, she told me that it was impossible to eat the salad "with such a bad olive oil". And she was absolutely right. I do not know why we are obsessed in Chile to give the kids those horrible oils with extra OMEGA 3 and all these industrial creations, "specially" designed for the growth, that we find in the supermarket. Obviously they will not like it, and obviously, later, when you try to put the olive oil in their salad, they will be afraid of the contents of that bottle. The extra virgin is an acquired taste, especially if we speak of stronger varieties or blends, where you can notice the pungency and the bitter. Therefore, the best thing is that the introduction is from very young, and so get used to these sensations as something natural. A good variety to start is the Arbequina, soft intensity, ideal for those who are starting. There are also some brands that have special versions of extra virgin for children, with low intensity sensory characteristics. I remember Olave had (I do not know if yet) and it seems to me that Las Doscientas also, both of them sold in several supermarkets. I have not tried them, but I'll do it, maybe it's a topic to discuss. In any case, any light oil will be good to start this journey, which will then lead them to try new varieties. This year's hit was a Novello from Terramater that Trini loved, and Picual, Ignacio's favorite variety. It´s not necessary to say that here we do everything with extra virgin, from the dressing for the salad, pastries and everything that is cooked, including the fried foods. It is true that it is a little more expensive, but your health, especially in the long term, will benefit. And there are some hidden savings, for example, that with a good extra virgin you can reuse the oil four or five times to fry, which can not stand the refined ones. But that is another issue that we will deal with later... Encourage yourself to start. But then do not complain to me about having created a monster ... you will be surprised at how demanding the palates of children can be!

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