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Un comienzo de oro

Texto y fotos: Carola Dümmer. Publicado en Olive Oil Times (03/06/2018)

Primeros aceites de Alonso Olive Oil a mediados de abril.

Menos fruta, pero mejor calidad. Así resumen algunos productores chilenos las primeras semanas de la cosecha 2019. Una campaña que comenzó lenta a mediados de abril, pero que ahora corre a toda máquina, mientras las primeras medallas de oro coronan los esfuerzos de varias empresas que apuestan por la calidad.


En el sur del mundo, muy al sur, la cosecha de olivos vive su apogeo. Doble turno para recoger la aceituna en su punto óptimo de maduración. Aceite verde que sale del decanter con la fuerza de un país joven. Chile sigue siendo unos de los productores “más nuevos” de la olivicultura mundial. 15 años no se comparan con los miles del otro lado del mundo.

Las primeras almazaras comenzaron a trabajar a comienzos de abril, aunque recién a mediados de ese mes se dio comienzo oficial a la campaña 2019. El año pasado, este país sudamericano produjo 22 mil toneladas, más de un 90% correspondió a aceite de oliva extra virgen. Por eso, aunque joven, ya se ha consolidado como un origen confiable, y durante esas primeras semanas, compradores de todo el mundo visitaban a los productores en el valle central del país reservando los aceites verdes para sus clientes.


Estuvimos recorriendo algunos huertos para ver cómo se viene la cosecha este año, justo antes de que Chile tuviera su participación más destacada en los siete años que lleva New York International Olive Oil Competition (NYIOOC), con tres medallas de plata, cinco de oro y dos “Best in Class”.


Alonso Olive Oil tiene 450 hectáreas en Litueche, donde conviven armónicamente el olivar superintensivo de Arbequina, Arbosana y Koroneiki, con el sistema tradicional para sus otras variedades: Leccino, Frantoio, Picual y Coratina. Con ellas producen sus blend, una amplia gama de monovarietales y también su ícono Obsession. Su estrella, sin duda, es la Coratina, que volvió a brillar en NYIOOC obteniendo el “Best in Class” de su categoría.

Diego Livingstone, director comercial de esta compañía, es optimista sobre la calidad de la producción de este año, ya que la oscilación térmica promete aceites con una mayor concentración de aromas. Esto es lo que han visto en las últimas semanas. "El desafío para 2019 es continuar posicionándonos como uno de los mejores aceites del mundo, que nuestros clientes nos vean y nos reconozcan, que estén orgullosos de tener una botella de este producto. Queremos seguir creciendo y aumentar la participación en Taiwán y Japón, haciendo un trabajo más exhaustivo en Brasil, además de seguir la tendencia con que estamos creciendo en Estados Unidos ", explica.


Algunos kilómetros más al sur está el huerto Pumanque de Deleyda, otro de los premiados productores chilenos, y oro en NYIOOC con su Deleyda Premium. Con tres blend de diferentes intensidades, tiene una amplia presencia en Brasil, uno de los principales mercados para Chile, pero también trabaja intensamente para aumentar su presencia en Estados Unidos, y comenzar los envíos a Japón y Shanghai.

Su director comercial, Fernando Carrasco, explica que 2018 fue su año récord de producción, por lo que esta campaña tendrá una caída en kilos, pero con una mejor concentración de aceite y una mayor calidad, de acuerdo con lo que han visto con las variedades ya cosechadas. Están muy entusiasmados: "Queremos consolidar nuestra matriz comercial a un modelo 100% de aceite embotellado (hoy es del 80%)", dice.


La estrategia de Monteolivo es algo diferente. Después de varios años vendiendo aceite embotellado, han optado por el negocio del granel. Manuel Urmeneta, Gerente General, cuenta lo difícil que era competir con sus marcas en un mercado tan congestionado, hasta que descubrieron un grupo de compradores dispuestos a pagar por graneles premium, por lo que ahora el enfoque de la compañía está puesto sólo en la calidad. Los principales clientes están en los Estados Unidos, aunque también han comenzado a comercializar con éxito en Japón.

En Nueva York, sus aceites obtuvieron dos medallas de oro, una de plata y un “Best in Class”. "Hemos realizado varios ajustes en la planta (como reducir el tiempo de batido a la mitad y control de temperatura de los decantadores), hasta ahora tenemos un progreso del 65% y diría que casi toda la producción es ultra premium", continúa Urmeneta.

Monteolivo tiene varios campos, y trabaja además con algunos productores externos, que complementan su oferta y le permiten llegar a las 1.500 toneladas con que cerraron la campaña 2018. Según Urmeneta, este año Chile disminuirá cerca del 25% de la producción (para Monteolivo será un 15% menos que en 2018).


El gigante Olisur, con su marca Olive & Co, es el aceite chileno más vendido en los Estados Unidos. Su huerto en Marchigüe, de 1.650 hectáreas, es uno de los más grandes del país.

Para esta empresa, los mayores desafíos están en el sector agrícola. "A mediados de 2019, comenzamos a operar en el marco del proyecto de optimización de la agricultura: gestión de los parámetros del clima, el suelo y el agua con el objetivo de aumentar los rendimientos y mejorar la productividad en 2020, lo que nos permite generar un presupuesto de producción más acotado en términos de volumen y márgenes", dice Claudio Lovazzano, gerente de marketing de la empresa.

Con un estimado de 3 mil toneladas, Olisur espera que este año aumente la producción en un 13%. Pero eso no es todo, la empresa chilena también desarrolla su propio proyecto en la región de Évora (Portugal), donde tiene 390 hectáreas en plena producción, el primer huerto con la bandera chilena en el otro lado del mundo.


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